Gasta de más y gasta de menos

Gasta de más y gasta de menos

Yo solía darle unas palizas mortales a mi marido con mi tarjeta de

crédito. Me hacía sentir que tenía algún control , alguna manera de

desquitarme de él.

Anónimo

Me pasé diez años comprándome de todo en las ventas de garaje. Ni

siquiera me compré un par de zapatos nuevos. Todo ese tiempo que me

estuve privando, mi esposo se la pasaba apostando en el juego,

Especulando en negocios arriesgados y haciendo lo que le daba la gana

con el dinero. Aprendí que cuando tomé la decisión de que merecía

tener las cosas que quería, y tomé la decisión de comprar algo que

quería, había suficiente dinero para hacerlo. No se trataba de ser

frugal; se trataba de privarme a mí misma y ser una mártir.

Anónimo

Comprar compulsivamente o gastar en exceso nos puede dejar un

sentimiento temporal de poder o satisfacción, pero al igual que

otras conductas fuera de control, tiene predecibles consecuencias

negativas.

Gastar de menos nos puede dejar sintiéndonos víctimas también.

Hay una diferencia entre gastar responsablemente y la privación del

mártir. Hay una diferencia entre tratarnos bien económicamente a

nosotros mismos y gastar en exceso. Podemos aprender a discernir la

diferencia. Podemos desarrollar hábitos de gasto responsables que

reflejan una alta autoestima y amor hacia nosotros mismos.

Hoy lucharé por lograr el equilibrio en mis hábitos de gastar. Si

estoy gastando en exceso, me detendré y lidiaré con lo que está

ocurriendo en mi interior. Si estoy gastando de menos o me estoy

privando, me preguntaré a mí mismo si eso es necesario y qué es lo que quiero.


fuente libro el lenguaje del adios

Yo era de las que me privaba de muchas cosas, para dárselas a mi esposo o a mi familia en general. La última de la lista era yo. Si alcanzaba si no pues no. Hasta que vi la realidad y era que en primer lugar nadie merece tanto sacrificio, que la primer persona que debo de amar es a mí misma y que por lo tanto debo también reconocerme y darme regalos algunas veces, muchas veces creía que yo no merecía, que porque lo amaba tenía que darle todo siempre y no importaba si para mi no habían gustitos. Al final resulto que mi esposo nunca tenía dinero para regalarme nada, porque se lo gastaba en otra mujer. En su momento todo esto me afecto muchísimo y todavía algunas veces me causa malestar el recordar ciertas cosas que pasaron. pero también recuerdo que yo fui la que eligió darle todo a él y no pedir nada. Con darle todo me refiero a que siempre sus necesidades, gustos o caprichos iban primero, que siempre trataba de complacer todo lo que se le apetecía y no importaba si para mis gustos y caprichos no nos alcanzaba. Por eso ahora quiero cambiar mi enfoque del amor o más bien al objeto de mi amor. Quiero amarme cada día más para poder dar mi amor y no sentirme mal, ni mártir, ni nada de eso. Simplemente poder ser feliz porque voy a saber que primero me amo yo y después a mi pareja.

Estimadas foristas Victoria y Pau sssssinceramente mis felicitaciones y agradecimiento. Siempre nos falta algo. En cosas tan simples de la vida podemos estar empantanados por mucho tiempo. Autoestima es sacrificio cuando tenemos para dar. Siempre es mejor DAR que RECIBIR. Pero todo tiene límites y equilibrio. Ayudar sin llegar al extremo de tener que necesitar desesperadamente de otros. Equilibrio es mantener siempre la capacidad de ayudar. Muy buena apreciadas foristas.