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MADRES QUE HACEN SENTIR CULPABLES A LOS HIJOS SACRIFICADAS Y CULPOGENAS

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MADRES QUE HACEN SENTIR CULPABLES A LOS HIJOS SACRIFICADAS Y CULPOGENAS Empty MADRES QUE HACEN SENTIR CULPABLES A LOS HIJOS SACRIFICADAS Y CULPOGENAS

Mensaje por Victoria 12/10/2009, 9:09 pm

Alejandra Stamateas en vivo: Tipos de madre: sacrificada y culpógena
Alejandra Stamateas

En todas las relaciones humanas existen diferentes estilos y formas de relacionarnos; diferentes tipos de parejas, de grupos y también de madres.
Es un mito creer que una madre siempre tiene que amar a su hija/o y que nunca tiene que haber problemas en esta relación. Porque si en cualquier tipo de relación interpersonal tenemos conflictos, en la relación entre madre-hija/o también.


Mi interés es que al finalizar este texto puedas saber y reconocer qué tipo de madre eres y a partir de allí reafirmes, asegures o definas los cambios que debes implementar para que las relaciones vinculares mejoren y ambos puedan sentir que esta relación está creciendo y avanzando.

Madre sacrificada:

Por lo general la frase favorita de este tipo de madre es:

“¿Tienes idea de lo que yo dejé de lado en mi vida para criarte?”
“¡Te he dado los mejores años de mi vida!”
"¡Dejé mi carrera por vos!”

Esta clase de madre es aquella que en el momento en que siente que sus hijos toman vuelo propio comienzan a sentir el vacío personal de no haberse proyectado como mujer sino simplemente como madre.
Descubren que si hubieran seguido una carrera o si hubieran invertido tiempo en ellas, hoy podrían haber sido abogadas, famosas, artistas, premio nobel o científicas y es allí, en el reconocimiento y en el “darse cuenta” de lo que no hicieron, cuando la frustración y la angustia las invade y vuelcan todo ese dolor y esa carencia interna no resuelta en los otros, en este caso en "los hijos".
Es más fácil ser la víctima de la casa que reconocer que el patrón de conducta que una eligió no cumplió las expectativas de vida.
Por eso, querida mujer, para fortalecer el yo interior y transformar esa realidad, es preciso que podamos responder estas preguntas:

¿Qué quiero lograr de ahora en adelante?
¿Cuál es mi intención?
¿Hacia dónde está enfocado mi objetivo?
¿Cómo lo voy a alcanzar?

Seguramente con metas, desafíos y nuevos objetivos alcanzarás logros que jamás imaginaste.
Comienza por sanar cada emoción lastimada, cada frustración que hoy sientes que desvaloriza tu vida, y ocúpate de ti, de tus sueños, de lo que alguna vez proyectaste ser.
Invierte tiempo en ti, siempre puedes volver a empezar.
Si piensas que perdiste tiempo quiero decirte que nunca es tarde para cambiar. El primer cambio está en tu mente, en erradicar esa mentalidad de sacrificio que determinó que te olvidaras de vivir, por una mentalidad de aceptación y validación. Atesora una buena autoestima y considérala como un derecho irrenunciable.
La autoestima no se negocia, no se regala… porque es la esencia misma de tu ser, la fuerza y la energía que te sostendrán en el camino de tus sueños.
Si existen pensamientos que te limitan, preconceptos obsoletos, dichos que te derriban y palabras que te impiden hacer crecer todo el potencial que está dentro de ti, deshazte de todos ellos; no les des valor, ni autoridad ni control sobre tu vida.
El control de tu presente y de tu futuro está en tus manos.
Estas descripciones no están elaboradas para que te detengas en lo malo o en los errores que tal vez te diste cuenta que estabas cometiendo, sino para que puedas discernir que con sabiduría y amor todo se puede cambiar.
Podemos cambiar hábitos, creencias y conductas y tus hijos también podrán hacerlo. Aceptar nuestros defectos es disponernos hacia todos aquellos cambios que sabemos serán beneficiosos para nuestra familia.
Una persona de éxito hace cambios a su debido tiempo.
Por momentos quizás te sientas invadida por temores o desconsuelos, por sentimientos que te hacen sentir que no eres querida ni valorada como lo mereces, pero es tiempo que puedas deshacerte de todas estas emociones que están lastimándote.
Comienza a tomar las cosas con más humor, elabora proyectos propios y planes que también involucren a los tuyos; no te detengas en criar hijos dependientes de tu persona, no temas estar sola algún día.

Cuando formamos seres libres y con capacidad de reflexión y decisión estaremos ejerciendo el verdadero rol de mamá. Ellos también podrán darse cuenta del valor que tuviste en su vida de y te lo harán saber y sentir a cada momento que lo necesites.

Comienza a brillar.

La puerta de tu encierro hoy está abierta, anímate a salir de ella para comenzar a vivir y gozar de todo lo que tienes por delante.

Y no te olvides de que día a día aprendemos a ser mamás.

Madre culpógena:

Este tipo de madre es aquella a la cual es imposible complacer; nada la satisface y nada ni nadie la conforma. Su frase preferida es “por tu culpa”:

¡Por tu culpa yo estoy así!
¡Por tu culpa discutí con tu padre!

Todos los demás son culpables de sus aflicciones, excepto ella misma. Todo lo que le digan la ofenderá y convivir con ella sin decepcionarla es algo difícil de alcanzar.
Su hija puede regresar feliz del colegio y decirle entusiasmada: “Mamá, me saqué un 9 en el examen” a lo que ella contestará: “¿Y por qué no un 10?”
El problema es que esta mamá no sabe lo que quiere de sí misma ni tampoco puede reconocer lo que espera de los demás. Su estado es de permanente infelicidad y desdicha, por eso es que por todo y de todo se siente culpable, pero al mismo tiempo ella se encarga de transmitir al resto de su familia ese sentimiento que la ahoga y lamentablemente crea vínculos enfermos y lastimosos.
Por ejemplo, si le regala dos remeras a su hijo, una roja y otra azul y en una ocasión el hijo decide ponerse la remera azul, ella le preguntará: “¿Qué pasó que te pusiste la azul?, ¿No te gustó la roja?”
Todo lo percibe como una desgracia, un peligro… Y en la mayoría de los casos, sus hijos suelen ser los culpables de todas y cada una de las crisis y de las dificultades que le toca vivir.
Siempre su dolor y sus emociones son más fuertes y más dolorosas que las del resto de los integrantes de su familia; su angustia es mucho más fuerte que la de los demás e incomparable en intensidad, ya que nadie puede sufrir ni entender el dolor de una madre.

Quizás te hayas culpado la mayor parte de tu vida por las cosas que te sucedieron, pero haciendo esto solo estás tapando todo lo bueno que “sí” te sucedió, quitándote el derecho de poder equivocarte.
Sin darte cuenta, sobrecargas a los otros con culpas ajenas o propias de las cosas que te suceden o de aquello que tal vez no resultó como pensabas, negándote de esta manera una nueva oportunidad.
Poder reconocer tus propias limitaciones es el primer paso que necesitas dar para aprender cómo superar cada crisis.

Albert Dunning decía: “las grandes oportunidades nos llegan a todos, pero muchos no saben que las han encontrado. La mejor preparación para aprovecharlas es observar lo que trae cada día”.

Por todo esto te acerco tres principios fundamentales para sanar cualquier tipo de relación interpersonal:

No consideres a otra persona como si fuera Dios.
No quieras cambiar a nadie. VIVE TU PROPIA VIDA.
Aprende a poner límites.

Tienes que ponerle humor a todas tus relaciones interpersonales. Reconocer qué tipo de madre eres y ver qué tipo de hija eres.

Cada uno tiene su vida, eres independiente.

Victoria
Motivadora
Motivadora

Pais : Colombia

Sexo : Femenino se inscribio en : 07/09/2009

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